21 de noviembre de 2007

LAS CADENAS SE RESIENTEN



Incluso con el WGA y el AMPTP volviendo a las negociaciones el próximo lunes, la gente no espera que traigan un final a la huelga, no hasta primeros de año por lo menos.

La huelga de guionistas ha hecho bastante daño esta temporada. Si termina en enero, podría empezar a amenazar la próxima temporada. Si lo hace o no, tiene que ver con la coordinación.

Un acuerdo entre los guionistas y los estudios a mitad de enero podría causar sólo pequeñas alteraciones. Pero si la huelga entra en febrero, podría causar a las cadenas todo tipo de desgracias.

Todo depente de la escritura de los pilotos de nuevas series para la próxima temporada. Aunque las cadenas desarrollan series todo el año, la escritura de los pilotos normalmente empieza a finales de otoño y termina el enero.

Si la huelga termina en enero el proceso de pilotos podría alzarse de nuevo, y todo el tiempo perdido puede ser recuperado. Las demás series volverían a la producción a tiempo para la temporada de otoño.

Pero retrasar esto sólo un mes lo cambia todo. "Si esto va más allá de enero, entraría dentro de la temporada de desarrollo, donde las cosas empezarían a verse afectadas," dice Ed Gentner, vice presidente de MediaVest.

Entonces eso confunde no sólo a la sincronización del proceso de escritura y producción de las series, sino a todo el proceso en el que las cadenas presentan sus calendarios a los compradores y negocian los anuncios para la próxima temporada.

Hay mucho dinero en el aire. La última primavera, los anunciantes se gastaron 9'3 billones de dólares reservando tiempo para este otoño.

"Los canales normalmente presentan sus ideas a los anunciantes en marzo, " dice Gentner. "Si nada esta siendo desarrollado, no hay nada que presentar, lo que podría retrasar todo el proceso."

Si la huelga dura hasta marzo, los canales tendrían que hacer frente a otros grandes nuevos problemas.

Sería demasiado tarde conseguir nuevas series en producción a tiempo para otoño, lo que forzaría a los canales a llenar sus calendarios de otoño con el regreso de antiguas series, incluyendo series que no fueron muy bien y que rozaron la cancelación.

Eso significaría dos cosas. Primera, los canales tendrían programación que daría pobres audiencias. Y segunda, los compradores de los medios, también anticipándose a los bajos índices de audiencia, ganarían en el mercado. Podrían exigir y conseguir mejores precios, lo que supondría un verdadero golpe para las cadenas.

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