10 de enero de 2008

¿POR QUÉ ESCRIBIMOS?: DAMON LINDELOF

¿POR QUÉ ESCRIBIMOS? es una serie de pequeños ensayos realizados por destacados guionistas del cine y la televisión, concebidos por Charlie Craig y Tania St. John. El que leeréis a continuación es el ensayo de Damon Lindelof.


"Estaba escuchando el otro día las noticias en NPR y se me ocurrieron dos cosas. Primero, que sólo los gilipollas sienten la constante necesidad de decirte que escuchan NPR (¿alguien dice alguna vez.. "Pues yo el otro día estaba viendo la CW.."? ) y supongo que eso me convierte en un gilipollas. Lo segundo, que mientras escuchaba la historia en cuestión, por fin averigüé como resumir sutilmente el porqué escribo. Va un poco así: hay una mujer de 90 años llamada Rose que, tras tocar la bocina frente a ella repetidas veces al autobús escolar, decide que tiene cosas mucho más importantes que hacer y empieza a dar vueltas con su Honda Civic alrededor del autobús. Antes de darse cuenta de que el autobús estaba parado por una buena razón, Rose se encuentró viendo como un enorme tren se aproximaba hacia ella y casi instantáneamente, choca contra el asiento del pasajero de su Civic y lo empuja a unos buenos 100 metros antes de frenar. Evitando todos los detalles morbosos, Rose es declarada muerta en el hospital local y el médico que le atiende en urgencias debe comunicárselo a su familiar más cercano. Resulta que el marido de Rose murió hace décadas, pero tiene un par de hijos y una hija. El médico llama a uno de sus hijos y su mujer contesta el teléfono. El hijo no está en casa, pero la mujer se ofrece para coger el recado. Sin embargo, la ética impide que el hospital le diga a alguien, que no sea familiar directo, nada sobre la muerte de Rose, así que preguntan por el hijo para saber cuando llegará a casa y poder llamarle de nuevo. La mujer responde "Él no volverá hasta dentro de dos meses". Y el hospital dice "Bueno... ¿tiene un número al que podamos llamarle?". Y la mujer dice que no, que no lo tiene. ¿Y por qué no?

Porque está en el espacio.

En el espacio exterior. En órbita. Es uno de esos seres humanos que tienen la distinción exclusiva de no estar en el jodido planeta.

El hijo, Richard, trabaja para la estación espacial internacional, haciendo reparaciones. Y mientras él flota en gravedad cero, es felizmente inconsciente de que su madre de 90 años acaba de ser arrollada por un tren. No estoy de coña. Esto ha pasado de verdad.

¿Y qué tiene que ver la tragedia personal de esta familia con el hecho de que yo escriba? Pues porque para mí, ésta es una historia increible. Y en cuanto la oigo, mi cerebro ya se está imaginando la escena en la que los otros hijos de Rose debaten si decírselo a Richard o no. La hija, Christine, insiste en decirle que su madre murió de forma tranquila mientras dormía, reservando la oscura verdad para su vuelta a la Tierra. El hermano de Richard, Michael, sin embargo pide que le digan los detalles más sórdidos. ¿Por qué? Porque era culpa de Richard que siguiera conduciendo con 90 años. Michael lleva más de 5 años intentando buscarle ayuda domiciliaria y si el imbécil de Richard le hubiera escuchado de una puta vez ella estaría viva. Afortunadamente, creo, la decisión no depende de los hermanos de Richard. Él es, al fin y al cabo, militar, por lo que la decisión correría a cargo de la NASA. Y resulta que en sus normas hay algo llamado "Protocolo Dual Plume". El Protocolo Dual Plume, o PDP, fue incorporado oficialmente al cárter psicológico de la NASA el año pasado. En septiembre de 2001, la estación espacial estaba manejada por 3 personas: un americano y dos rusos. Mientras orbitaban sobre el noreste de EEUU, el americano llamó para avisar que podía ver, a simple vista, dos pilares gigantes de humo negro en la atmósfera. Cuando le contestaron, explicándole que el humo negro era lo único que quedaba de las Torres, el americano hizo una larga y triste pausa y respondió: "Ojalá no me hubiérais dicho eso".


A raíz del DPD, la NASA comenzó a preguntar a los astronautas que dejaban el planeta sus deseos personales sobre notificaciones de tragedias en la tierra. Es un documento muy detallado porque cubre desde todas las catástrofes mundiales (como el Katrina o un tsunami) hasta cosas que solo afectarían al astronauta (como por ejemplo el Honda de su madre siendo pulverizado por un tren) y debe ser firmado y notarizado antes del despegue. ¿Por qué? Porque el estado emocional y la concentración de estos chicos es importantísimo. Se les manda para misiones a una estación espacial y tras gastar millones en entrenarles (Richard es una de las tres personas vivas que tiene la capacidad de realizar esas reparaciones específicas), cuesta BILLONES el mero hecho de mandarles allá arriba para realizar esos actos, y lo último qu enecesita la NASA es que alguien esté afectado por algo el día que tiene que arreglar el convertidor thurster thigamajob.Así que estoy aquí sentado, imaginando lo que Richard habrá puesto en su formulario DPD...

Y me doy cuenta de que eso no existe.

Me lo he inventado. Sí, recuerdo haber oído algo sobre los astronautas en la estación espacial viendo el humo de Manhattan desde su órbita, pero eso no tiene nada que ver con la historia de la muerte de Rose. De hecho, no sé cuántos hijos tenía, o incluso si pueden mandarle un e-mail a Richard (¿se pueden mandar e-mails al espacio?) y acabar con todos los formalismos.




¿Pero dónde estaría el drama entonces?




Eso es por lo que yo escribo.
Escribo porque no puedo evitar inventarme cosas.
Escribo porque me encanta contar historias.
Escribo porque mi imaginación me obliga a ello.
Escribo porque si no lo hiciera, sería un mentiroso patológico.
Oh, y también porque sigo intentando que mi difunto padre esté orgulloso de mí.
Pero eso no es de vuestra incumbencia.


Fuente

Gracias a James ARG




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bueno es este tío.

Anónimo dijo...

el puto amo, sin más :)